jueves, 2 de abril de 2009

tatuajes

Para empezar este artículo tendría que preguntar ¿qué es un tatuaje? La definición más simple y común seria que un tatuaje es una modificación del color de la piel, creando dibujos, figuras o textos realizados con tinta o algún otro pigmento bajo la epidermis humana o animal.
Ahora me pregunto si uno debería tatuarse o no, bueno, eso depende de cada quien y si una persona decide hacerse un tatuaje es porque de seguro debe tener algún motivo para hacerlo aunque la mayoría que lo hace es por rendirle un homenaje o tributo a un ser querido.
Aunque estoy de acuerdo de que la gente se tatué por cualquier motivo no me gusta la idea de que se haga por moda porque es algo que hay que pensarlo bien y como mínimo durante un buen tiempo, cuando uno se tatúa pueden ocurrir dos cosas, la primera es que después del primer tatuaje uno regrese a por más y segundo que uno se arrepienta de averselo hecho.
La palabra tatuaje proviene de la palabra inglesa tattoo que a su vez proviene del término samoano tatau que significa marcar o golpear dos veces (esto último se refiere al método tradicional de aplicar los diseños o plantillas). En Japón la palabra usada para los diseños tradicionales o que son aplicados por métodos tradicionales es irezumi (inserción de tinta), mientras que tattoo se usa para diseños no japonés.
El arte del tatuaje es una práctica muy antigua porque se han encontrado varias momias tatuadas, la más antigua es una momia neolítica dentro de loa Alpes austro – italianos: esta momia tenía 57 tatuajes en la espalda y es conocida como el hombre del hielo o como Ötzi, es el cadáver humano con piel más antiguo que se ha encontrado y su antigüedad data de alrededor de 5200 años. A partir de este descubrimiento se puede decir que el tatuaje es tan antiguo como la misma humanidad.
Además en Egipto y Libia también se han encontrado momias con tatuajes que datan de cientos de años antes de Cristo; los tatuajes fueron usados con diferentes significados y usos en cada cultura como por ejemplo en Egipto tenían un significado ritual o simbólico, en Grecia y Roma eran usados para marcar o señalar a los criminales, incluso como en el caso del hombre de hielo se cree que cumplieron un fin terapéutico.
Es interesante además que la ley mosaica prohibía al pueblo judío hacerse tatuajes. Levítico 19:28 recoge el siguiente mandato: “No deben hacerse cortaduras en su carne por un alma difunta, y no deben ponerse marcas de tatuaje. Yo soy Jehová”. El pueblo judío al obedecer este mandato, respecto a los tatuajes, se diferenciaron de las demás naciones (Deuteronomio 14:1, 2).
Con el tiempo el tatuaje llego a occidente por vía marítima. Las expediciones del capitán James Cook a las islas de la Polinesia fueron el punto de partida del tatuaje hacia occidente, durante las expediciones los marineros tuvieron contacto con varios nativos y aprendieron el arte de tatuar. Cuando retornaron, los marineros abrieron sus propios estudios de tatuaje, popularizando esta disciplina entre los sectores populares. En 1870 se abre en New York lo que aparentemente fue el primer estudio de tatuajes.
Durante la Guerra de Secesión el arte del tatuaje experimentó un gran crecimiento y popularización. Fellows, Hildebrandt y O'Reilly, el inventor de la máquina de tatuar, fueron los encargados de hacer de la práctica tatuadora una profesión.
Sin embargo, el tatuaje no se liberó completamente de su tradición inhumana. Durante la Alemania Nazi (como el ejemplo más conocido aunque no sea el único) se utilizó el tatuaje para marcar a los prisioneros de los campos de concentración.
En los últimos años, el tatuaje ha sido incorporado progresivamente por la sociedad y es hoy que éste cumple funciones puramente estéticas y no distingue entre sectores sociales. Aunque el tatuaje no sea aceptado en algunas esferas de la sociedad, se va abriendo paso a través de los prejuicios y dibujando sus líneas en los cuerpos de las personas alrededor del planeta.
Aunque uno piense que ya entrado en el siglo XXI con todas las cosas que se ven y muchas de ellas increíbles los tatuajes deberían verse como algo normal como mínimo respetado y tolerado pero desgraciadamente no es así.
Si bien debemos pensarlo un par de veces antes de tatuarnos y no solo me refiero al tamaño, diseño, ubicación y porque del tatuaje sino también si realmente queremos hacerlo y no detenernos a pensar lo que piensen los demás.
Lamentablemente mucha gente no ve los tatuajes con buenos ojos; según un estudio que salió hace un tiempo demostraba que las personas con tatuajes les costaba conseguir un trabajo por los prejuicios que los contratistas les tenían. Un especialista en salud mental de Gran Bretaña, Theodore Dalrymple, dice que para muchas personas, los tatuajes “son a menudo la muestra visible de que un hombre [...] pertenece a una subcultura violenta, cruel y antisocial al margen de la ley”. Por eso mucha gente aún piensa que los tatuajes son asunto de ex-convictos, delincuentes y drogadictos. Y se olvidan que hoy en día hasta los policías tienen tatuajes, como todo el mundo.
No me sorprendería ver a un cura o una monja tatuada. Es solo una cuestión de tener la mente lo suficientemente abierta y dejarse de prejuicios. Más allá de que sea por una moda o no, estaría bueno que todos comenzáramos a ver que, en definitiva, es solo un tatuaje y al modo en que yo lo veo es una forma más de arte.
Una persona tatuada puede formar una familia con normalidad, no seamos tan ridículos, los tatuajes no le afectan a nadie.

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